El amor y sus tantos rostros, moneda extraña de más de dos caras que no deja de ser lanzada al aire por todos ésos tanteadores de lo posible. Imposibles solitarios, la compañía para su cuenta regresiva es indispensable. Compulsivamente, se aferran a quien pueda mirarlos como si ése otro, tan a la deriva como uno mismo, fuera una especie de plataforma en éste vasto y turbulento mar de la existencia. Jamás un momento a solas, unos días de silencio (o charlas con la propia sombra) que le muestren ésa libertad soberana –y posible- que sólo proporciona la soledad. Ni te lo imagines, los pensamientos enterrados hasta podrían salir a la luz, se necesitaría tanto ruido, decibeles hasta el techo que acallen ésos gritos contenidos de lo que no fue, deudas personales con un camino poceado, maltratado…como el de todos.
Regocíjate en tu compañía de sábado a la noche, majestuoso ser!! Que las sonrisas nunca fueron tan bien programadas, ni los besos tan oportunos. El impulso de correr contenido por ésa mano, por ésa mirada de reproche en tu charla con otros náufragos. Todo danza a la perfección en esta jaula de lo normal, jaula sin barrotes donde decidís entrar. Noche a noche, segundo a segundo, decidís olvidarte de lo que está del otro lado. Por tu bien y el de todos, mejor quedarse en el lugar.
Que tengo novia y auto,
y el finde para reventar.
El boliche está lleno
y no podés escapar.
Que más o que menos si todo
Tiene su lugar??
La guita, los amigos
y una Muerte que olvidar…
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