Miraba otra vez al mismo cielo, a las mismas estrellas buscando algo más. Algo que se sacudiera entre tanta quietud, entre tanta sensación de eterno allá arriba que ahogaba, que caía sobre sus ojos como un velo negro que le cerraba la vista ante todo. Todo esto que llamamos vida, y que simplemente..(¿?)
Lo miraba como deben mirarnos las hormigas. Pero oh que afortunadas ellas desprovistas de razón humana!! Incapaces de acongojarse y sentir este terrible mareo por una existencia equívoca, incorrecta entre tanta eternidad de cambios constantes. Muerte y vida, muerte y vida, el ciclo es tan lejano hacia atrás y adelante que se pierde a la vista y entonces..
Allí está el. Mirando, buscando en aquel cielo, algo que lo sacuda y se sacuda, algo real.
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