Era ella. Quizás manipuladora, quizás insegura. En ocasiones risueña y tantas otras cínica. No soporto verme arrastrado hoy a ése lugar odiado, el del que llama y espera que lo atiendan, una vez más. Ya fue demasiado tiempo de eso, no quiero volver a enfrentarlo cuando creía haber apretado el reset.
Borrón y cuenta nueva dicen?? Eso no existe. El pasado pesa, los rituales se construyen sobre ello por más que intentemos liberarnos. Anhelo la dicha de pensarme sui generis, dueño hasta de mi origen, pero no. Basta de farsas, los condicionamientos están por todas partes, en toda mirada, todo caminar, en mis dedos que se deslizan sobre las teclas dejando fluir angustia, dejando correr la frustración.
Y sé que mi situación personal facilita todo esto, mi abandono a mí mismo crea la perfecta plataforma de despegue de ilusiones!! Es que cuando no tenés a que aferrarte, cualquier sonrisa viene bien. Que sólo caminen un rato a tu lado, que te digan que seguís vivo aunque por dentro te deshagas cuando no hay miradas, cuando quedás solo y perdido. Arañando las paredes de ése muro infranqueable que lleva tu nombre…no me entra en la cabeza que mi mayor enemigo esté calzando mi apariencia.
¿¿Ahora qué?? ¿¿Salir a pasear para verte en cada esquina en otras miradas que para mí son la misma?? No quiero perderme en mi propia conciencia cuando seas vos la que ponga las normas. Cuando ocupes poco a poco cada habitación de mi triste casa, obligándome a retroceder, a serte dócil. Y que ya no sueñe con tu risa sino con tu desprecio es el precio justo a mis polvorientas convicciones en desuso, al olvido de mí mismo.
Hoy decreto a viva voz vedarte el derecho de manejarme!! Hoy decreto ante todos ellos jamás volver a darte las llaves, porque existiendo en mi conciencia sé que te doy más vida a costa de la mía. Parásito inmundo de mis noches de insomnio, extirparte será necesario al fin; ponerme de pie y asumir el riesgo de no tomar bastones, desconfiar de lo que no veo, y aún más de lo que mis ojos perciben.
En mis palabras y en la melodía quedará para siempre tu vestigio, pero aunque sea duro comprender, hoy toca decirte basta.
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